Éste es un artículo que salió en el diario Clarín (Argentina) a raíz de una exposición sobre libros censurados durante la última dictadura. Un poco para pensar en aquello que dijo Borges como que la censura podía ser buena.....En la Argentina nunca lo fue...
La dictadura prohibió cientos de libros Y todavía más: quemó bibliotecas enteras
HINDE POMERANIE
Quien sintió ese olor alguna vez, no lo olvida. Si alguien vio el poder del fuego sobre los libros y su capacidad ilimitada para convertir en polvo todos esos mundos posibles, tampoco. Es inútil intentar establecer cuántos libros desaparecieron durante la última dictadura víctimas del fuego, porque a las burocráticas hogueras oficiales habría que sumar otras más pequeñas, íntimas y dolorosas. A partir del 24 de marzo de 1976, muchísimas bibliotecas perecieron enteras por decisión de sus dueños: un título, el nombre de un autor o una portada podían convertirse en un inesperado pasaporte al horror.
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