Nuestro apoyo a las tomas de los colegios en la Ciudad de Buenos Aires, posible lectura:"La Escuela de Noche" de Cortázar y sugerencias para descargar música y escribir una crónica.
SINOPSIS: Un joven estudiante de nombre Léon —interpretado por Jay Baruchel— reencarna al líder ruso en una comedia que reproduce la revolución en el seno de una institución educativa pública y canadiense. Ocurre que León, después de trabajar en la fábrica de su padre en la que no duró ni veinticuatro horas antes de comenzar una huelga de hambre, es castigado por su progenitor quien le quita el beneficio de la educación privada canadiense y lo “condena” a la pública. Pero el joven no se amedrenta y, convencido de ser la reencarnación del León original, decide agregarle un “re” a la revolución y reproducirla, dejando de lado el lápiz y el papel y haciendo “real” —real socialista— su causa. Claro que para esto tendrá algunos obstáculos: la apatía de los estudiantes del nuevo siglo, el hedonismo y la falta de compromiso, etcétera. Y lo que es más, deberá enfrentarse a un gélido director de nombre Berkhoff interpretado por Colm Feore.
Sobre "Inside Job" (no encontré la traducción, ¿sería Trabajo Interno?)
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Esta película procura ofrecer un retrato integral de un asunto extremadamente importante y actual: la peor crisis financiera desde la Depresión, que sigue amenazándonos a través de los problemas de endeudamiento que vive Europa y la inestabilidad financiera mundial. Era una crisis totalmente evitable; de hecho durante 40 años después de la Gran Depresión, los Estados Unidos no tuvo ni una sola crisis financiera. Sin embargo, la progresiva desregulación del sector financiero desde la década de los ochenta, ha dado paso a una industria cada vez más criminal, cuyas “innovaciones” han generado una sucesión de crisis financieras. Cada crisis ha sido peor que la anterior y sin embargo, gracias al creciente poder y riqueza de la industria, muy pocas personas han sido encarceladas en cada una de ellas. En el caso de esta crisis nadie ha sido encarcelado, a pesar del fraude que ha causado pérdidas de billones de dólares. Es mi esperanza que a través de esta película, en menos de dos horas, todos puedan comprender la naturaleza esencial y las causas fundamentales de este problema. También espero que después de verla, independientemente de la opinión política, los espectadores puedan estar y podamos estar todos de acuerdo en la importancia de restaurar la honestidad y la estabilidad a nuestro sistema financiero, y de exigir responsabilidad a aquellos que lo han destrozado.
Creo que el argumento (de la película) central es que la desregulación, que comenzó en la década de 1980, conduce a la aparición de lo que, sin exageración alguna, es una industria criminal. El sistema financiero estadounidense se ha convertido en una industria criminal, en particular la banca de inversión. Eso es verdad en dos sentidos: la forma tan literal en la que estas personas han violado la ley. En la película, citamos una lista de actividades criminales a gran escala por las que las principales instituciones financieras ya han sido condenadas. El segundo sentido es que se ha desarrollado una cultura de una banca de inversión sin restricciones, en las que la gente puede hacer lo que quiera.
La tesis secundaria de la película es que a medida que esta industria se ha vuelto más poderosa y rica, ha corrompido las instituciones y a las personas que deberían haberla contenido – obviamente el sistema político, el sistema regulador y, menos obvia pero igualmente importante, el mundo académico y la investigación de la disciplina económica."
Sinopsis: Cuatro matemáticos desconocidos entre sí son invitados por un misterioso anfitrión con el pretexto de resolver un gran enigma. La sala en que se encuentran resulta ser un cuarto menguante que les aplastará si no descubren a tiempo qué les une y por qué alguien quiere asesinarles.
"La industria del vino tal como se ha conocido en el pasado ha evolucionado desde los años 80s hasta ahora. Tradicionalmente una industría más bien europea, local, de pequeños productores que tomaban largos períodos de tiempo para su producción, de empresas familiares que producían vinos valorados por su carácter único y reflejo de su terroir, con una relación natural y estrecha entre la tierra y el hombre. Casi una forma de vivir. Tal es el caso de la familia Montille en Borgoña, que lucha por defender las pocas hectáreas de tierra de sus ancestros.
En contrapunto, la industria se ha ido transformando en una de grandes empresas transnacionales, de mercado internacional, basada en la imagen, política e influencias, que produce vinos fáciles de beber, de gusto internacional, sin un carácter especial y de masas. Los personajes en el documental de este “nuevo mundo del vino” son personas como el asesor en enología más influyente del mundo, Michel Rolland; el imperio vitivinícola de la familia de Robert Mondavi, de California, las familias aristocráticas italianas y francesas que se han “vendido al nuevo sistema”, abandonado sus tradiciones y amor por la tierra; y Robert M. Parker, el crítico de vinos más importante del mundo y amigo íntimo de Michel Rolland."
Planeta Libre ( La Belle Verte ) es un pequeño y lejano planeta que en el año 6000 su sociedad está tan avanzada que han prescindido del dinero y todos los objetos materiales, viven alrededor de 250 años, se comunican telepáticamente y están en contacto completo con la naturaleza, lo que necesitan lo logran utilizando sus ondas cerebrales.
En la reunión anual del planeta, donde intercambian sus producciones y deciden comunitariamente sus viajes, surge siempre la misma pregunta: "¿alguien quiere ir a la Tierra?" Nadie se atreve a hacer el viaje a este peligroso y primitivo planeta, hasta que Mila, la hija del último hombre que visitó la Tierra, se presta como voluntaria.
Al llegar, se producen cambios en la manera de ver el mundo en la genta con la que se relaciona...A través de Mila, descubrimos con humor nuestra sociedad, sus aberraciones y las asombrosas cosas que pueden pasar cuando uno se "conecta" con otra realidad, en otro nivel de conocimiento.
En "La gaya ciencia" (La Gai Savoir), rodada en 1968, dos jovencísimos Jean-Pierre Léaud y Juliet Berto, inmersos en un escenario totalmente abstracto, de fondo negro, se preguntan cómo cambiar el mundo desde la práctica revolucionaria. Sus reflexiones políticas, no exentas de humor, son interrumpidas o apoyadas por un montaje de imágenes a partir de un collage de viñetas de comic, revistas, portadas de libro y otros materiales, previamente tratado gráficamente por Godard.
No Encontre Los Subtítulos en Español para descargar, está con subtítulos en portugués. Si alguien sabe dónde están los subtítulos en español envíelos a:
enviolibros#gmail.com (reemplacen # por @)
O avise en los comentarios desde dónde se pueden descargar.
Género: Comedia. Reparto: Jacques Villeret, Thierry Lhermitte, Francis Huster, Alexandra Vandernoot, Daniel Prèvost. Sinopsis: Para Perre Brochant y sus amigos el miércoles es el día de los idiotas. El principio es simple: cada unodebe aportar un idiota. El que consiga llevar a la cena el idiota más espectacular de todos es el ganador. Esta noche, Brochant está pletórico... Ha encontrado una auténtica joya. Un idiota redomado. ¡El campeón mundial de los idiotas! François Pignon, un contable chupatintas empleado en el Ministerio de Fiananzas, un hombredevoto de sus construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant desconoce es que Pignon es un auténtico gafe, un maestro en el arte de provocar catástrofes...
La encontré en formato rmvb que es más liviano en Divxturka.
Entrada a Libertador General San Martín en Entre Ríos o Puiggari.
*Puiggari y yo* por Graciela Holfeltz
Aunque suene patético, todo se gestó por un fracaso y un duelo. El primero es terapéutico; el segundo, maternal: ya no tengo más psiquiatra y mi hijo hace tres meses que abreva en otro regazo, propiedad de su parejita que, al parecer, se ha encarnizado conmigo y lo tiene de rehén en mi propia casa, snif. Pausa dramática, cambio de escena. Pertinaces sugerencias del Capri y una amiga para que descanse mi atormentada existencia en Entre Ríos, dentro de algo verde que, entre otras confusas características, tenía la yapa de ser un centro adventista.
Se imaginarán las mayúsculas de mis interjecciones, imprecaciones y expresiones furibundas, si lo que yo andaba queriendo en realidad eran unas simples y ventiladas vacaciones, qué tanta historia. Nones y más nones.
Centro adventista a mí, claro, vení mañana que hoy estamos cerrando. Pero que no mujer, que esto es distinto. No van a obligarte a nada, todo lo contrario, hay gente de todos los colores: actores/ices, polític*s, empresari*s, y hasta animalitos renegados, blasfemos y descocados como vos, mirá lo que te digo. Patrañas para deshacerse de mí y que me evangelicen. No quiero ser ni vegetariana ni abstemia ni dejar de fumar porque otros quieran obligarme a que no fume cuando desde hace más de ocho años que no toco un cigarrillo, a ver si me da un ataque al corazón con tanta verdura, aire puro y agua.
No hubo caso. Insistieron tanto que, dándome vergüenza ajena, me vi a mí misma en la página de CAVS desdoblada en ángel y demonio. Mi lado derecho del hipotálamo endulzaba mi oído izquierdo para armar la maleta. El otro (de puro subversivo) arremetió con la oreja derecha y mandó frutales varios, púrpura de ira, despotricando así que ahora te hacés la sana, la obediente y encima querés convertirte en monja, andááááááááá…
Y fui, nomás, créanlo muchach*s. La culpa es del angelito que, al parecer, puso de culo a Belcebú y le saco varios cuerpos. Y al Capri una friolera de guita porque minga iba a pagar yo la estadía en un nosocomio del cual pensaba escaparme al día siguiente y alquilarme un chinchorro para hacer remo en el Paraná.
Cuestión que la Canela, posteriormente un asalto en la perfumería, terminó a las 6 de la madrugada en Libertador San Martín y ya hecho el ingreso con sus consecuentes avisos y sugerencias, sentada en la cama de una habitación coquetísima, llorando como calculo que lo haría vegetalmente un sauce llorón. Qué hago acá, se puede saber. Qué es esto, dónde me metí. Relajé los maxilares inferiores y traté de dormir un poco, cosa imposible en el micro para una insomne consuetudinaria como yo. Y al poner la cabeza en la almohada no va que suena el teléfono, che. Una aterciopelada voz me anunciaba que era hora de desayunar. Con mi mejor temple le dije señorita acabo de llegar, si no rompo la armonía cósmica, querría descansar un ratito. “Está bien, la llamo a las diez menos veinte”. Algo es algo, pensé mientras me zambullía nuevamente en la desprevenida almohada. Cerré los ojos. Teléfono. “Hora de desayunar y hacerse los estudios médicos”. Un poco alterada, le recordé que me habían prometido no despertarme hasta las diez menos veinte. Y ya se la iba a seguir cuando escucho que la voz alada dice: “*son* las diez menos veinte”. La pucha que el tiempo es relativo, Albertito.
Agazapada para saltar frente a cualquier biblia, crucifijo o sotana que se me cruzase, dejé que me sacaran sangre, me fotografiaran el tórax, me midieran y me pesaran, ¡ay! Tengo que admitir que mi alerta era una falsa alarma. No pasó nada de eso. Ni en la mañana de mi llegada ni en ninguna otra. Toda actividad era voluntaria, tanto los grupos como las distintas clases. Y ahí, honestamente, me relajé. La gente, de bata y sandalias, deambulaba por el lobby con absoluta libertad (si lo que digo no es un oxímoron) Te avisaban por micrófono que actividades comenzaban y una asistía o se iba a tomar sol a la piscina externa o a rascarse para arriba. Yo estaba desconcertada, lo confieso. Sin embargo, mi oficio de escritora me ayudó a ubicarme en un lugar contemplativo, de exploración poética. Si ya estoy aquí, me tratan bien, no me compulsan a nada, ¿por qué no aprovechar y observar desde adentro algo que, en otras circunstancias, no me esforzaría en conocer?, ¿cómo será convivir en la diferencia, no pensando lo mismo? Y así lo tomé. Con calma, buena onda y una dieta de 900 calorías diarias, más masajes corporales mañana y tarde, aquagym, sauna húmedo y seco, manguerazos reductores, bicicleta, paseos y comidas que, aunque vegetarianas y escasas para mi estómago carnicero, están preparadas con finísimo gusto. Realmente, un spa terapéutico y reparador. Salvo una oración antes de las comidas y una entrevista con un pastorcito que se bancó mi carnet de agnóstica con encanto luminoso, todo es opcional. Hasta la cena de gala que se repite los viernes donde vienen a cantar canciones religiosas; una puede quedarse, o no. Y yo me quedé y participé y me divertí y escribí mucho al respecto. Tengo material para un libro de cuentos.
La masajista (¡¡ídola total!!) trabajó tanto mis con tracturas, tensiones y retorcimientos varios que casi le regalo mis estancias de la Patagonia. Los coordinadores eran muy atentos. Digamos que el Centro en su conjunto, está trabajado para brindarte el mayor bienestar posible y debo reconocer que, obviamente sin coincidir con lo nodal, me sentí cuidada y respetada.
Recuerdo que un lunes, luego de hablar con la psicóloga, abrí sin resistirme las compuertas de mi angustia. Inmediatamente vinieron a auxiliarme; y, ya sea con el silencio o con alguna palabra oportuna, me ayudaron a atravesar mis húmedas agorerías. Confieso también que ahí mismito pensé, “ahora se viene la bajada de línea”. Pero no. Otra vez, nada (¿me habrán evangelizado sin darme cuenta?) Hasta qué punto estaría cómoda que lograron levantarme todos los días a las 6 de la mañana para hacer la caminata en el grupo 1, el más veloz. Y allá iba la Holfeltz, medio caminando y medio corriendo, a recorrer en una hora circuitos que rondaban los 7 y 8 kilómetros de espectacular amanecer.
Vi partidos de fútbol, de tenis, jugué al truco y hasta anduve en una bicicleta de carrera sin romperme la crisma. Tuve mi día de líquidos, de frutas, y tomé cientos de infusiones y agua mineral que había hasta en los baños. Lamenté mucho la derrota de River frente a Boca (jijiji…) y un sábado llegué a los 65 largos en la piscina. Irme me dio alegría y penita.
Claro, llegar a Buenos Aires, Capital Federal, distrito CABA o lo que sea, no fue lo que se dice un encuentro de culturas. Más bien fue un encontronazo. Joder que estamos todos alterados.
En síntesis, la pasé bien, cosa que era el objetivo. Baje 4 megas, tengo la piel más tersa y ganas de irme a la Amazonia a convivir con los indios. En cuanto a mi fracaso y mi duelo se aligeraron. Tengo más fuerza y, como decía aquel viejo malevo de la tele, *no pregunto cuántos son sino que vayan saliendo*.
Pero no se preocupen, ya se me va a pasar. O mejor dicho, a tres días de haber vuelto al Instituto, ya se me está pasando.
Y la termino acá, mejor. Todo aquello parece un sueño lejano y no sea cosa que cometa un magnicidio para luego instaurar *Pandora** en la República Argentina.
Graciela, clavo y canela.
* El que no vio *Avatar* se embroma.
"Lo difícil se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida".