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Jorge Lanata:
No es casualidad que el eslogan "Los argentinos somos derechos y humanos" prendiera tanto entre nosotros. Me acuerdo que en algunos barrios no podías caminar una cuadra sin cruzarte con un par de autos con el dichoso cartelito con los colores patrios de fondo. El año pasado apareció otro eslogan: "Estamos con el campo", sobre el mismo fondo celeste y blanco; este prendió un poco menos, pero en los mismos barrios
A los argentinos nos gusta creer que somos un país libre de racismo. No tenemos nada contra los negros, tampoco tenemos negros, lo que hace mas fácil ser tolerantes con ellos.
Blumberg, cuando aun era ingeniero, fue sincero y ejemplar al contar por radio que en Brasil tiene amigos negros, pero ojo, negros de piel, porque por dentro son tan blancos como cualquier persona decente.
Cuando Peña le dijo a Delia que su hijo era un "negro de mierda", creo que fue también sincero y ejemplar, porque eso es lo que piensa el, y muchos de sus amigos y vecinos. Fue uno de esos raptos de sinceridad irreflexiva que tanto nos gustan de él. Pero esta vez a mi no me gusto nada.
Yo creo que nadie es un negro de mierda, y creo que no se le debe decir negro de mierda a nadie, creo que esa es una expresión racista y xenófoba.
Cuando Peña insulto de manera tan racista al hijo de Delia pense que vos, Lanata, intervendrias y le dirias a Peña, "para loco te fuiste de mambo, sabemos que sos una buena persona y una buena persona no puede decir eso, disculpate con el hijo de Delia, promete que no va a pasar de nuevo y sigamos debatiendo." Pero no, no dijiste nada en el momento, tal vez tu postura de moderador te lo impedía. Pero yo no creo que tu posición disculpe tu silencio, además no tuviste problemas para intervenir trayeendo a colación el tema de los hoteles de Kirchner, para contrastar el concepto de oligarquía de Delia.
Tal vez te sorprendió la situación, pues nadie espera que un amigo te salga con un brote racista. Pero al otro día tampoco dijiste nada sobre el tema, y lo que realmente me preocupo: nadie mas dijo nada sobre el tema. Otro, en el lugar de Delia, le hubiera dicho a Peña "¿y vos que hablas puto de mierda?". Yo lo hubiera dicho. Si Peña me dice en la cara que mi hijo es un negro de mierda yo me levanto y lo cago a trompadas, o el me rompe la cara a mi, pero no se lo hubiera dejado pasar nunca. Delia si, y con eso se porto de un modo civil y dio el ejemplo. Aquel acusado de intolerante fue el que puso la otra mejilla y el supuesto libre pensador y tolerante, el artista, dio rienda suelta a un racismo desvergonzado. Si alguien te hubiera dicho a vos "gordo de mierda" ¿que hubieras hecho? Si Delia le hubiera dicho a Peña "puto de mierda", o a alguien mas "judio de mierda", a los 5 minutos lo esta denunciando toda la clase política argentina, los medios y las embajadas. Pero le dijeron negro de mierda a su hijo y a nadie le parese un escandalo, algunos hasta aplaudieron que Peña fuera tan sincero y dijera lo que ellos mismos piensan. Y esto a mi me asusta porque se como es la secuencia histórica : primero son los chistes racistas, después los insultos y agresiones, luego los guetos y el apartheid, y de ahí al campo de concentración, la cámara de gas y el horno hay un paso mas corto.
Yo personalmente condeno toda forma de discriminació n y racismo, no solo las que afectan a mi colectivo (sea judio, negro, gitano, pobre, etc) sino en si mismo. Supongo que mi condena no hará mucho contra la xenofobia local, pero no puede dejar de hacerlo y luego irme a dormir tranquilo. Me solidarizo por completo con el hijo de Delia.
Daniel Rico. otro judio, puto y negro de mierda, y encima gordo.
Respuesta por Julio Argentino:
En la Argentina hay sifilíticos, pero no por eso alguien va a calificar a la Argentina como un "país sifilítico". En la Argentina hay racistas, pero no por eso se transforma en un país racista. También hay personas con prejuicios y resentimientos, pero eso no transforma a la población de una nación o de un barrio, en prejuiciosa y resentida.
En la Argentina hay negros, bien negros, recién venidos de África. Cada vez más, se van transformando en una figura habitual el vendedor callejero de baratijas, pequeñas alhajas y relojes de bajo precio. Algunos hablan a media lengua el castellano y otros ya hablan con una fluencia y entonación porteñas realmente notables. Según la proyección de un amigo personal, en pocos años más ya tendremos los primeros jugadores juveniles negros de fútbol y de básquet de puro origen argentino, con nombres como Alejandro Mukuma o Jonathán Ambako.
Este año, en los finales de febrero, fui testigo de un pequeño incidente callejero, en una avenida principal del barrio suburbano de Ramos Mejía. A pocas cuadras de la estación de tren, se congregó un grupo en la vereda que, sin llegar a ser un tumulto, protestaban animadamente en contra de algo o alguien. Serían unas treinta o cuarenta personas, que daban voces pero no podía identificar de qué se trataba. Un café se había vaciado de parroquianos, y deduje que muchos en la vereda debían haber estado en las mesas ahora vacías. En la calle, había un coche de la policía pero no había indicios de ningún suceso violento.
El hecho era muy simple: un funcionario, probablemente un inspector municipal, estaba decomisando la mercadería de un vendedor negro. Los policías estaban de apoyo, pero sin ningún entusiasmo. Las personas que protestaban eran de un perfil social común, y estaban plenamente a favor del vendedor confiscado. “¡Déjenlo trabajar, no hace daño a nadie!”, “¡Vayan a patrullar por mi barrio, que allí sobran los ladrones y traficantes!”, “No molesten a este hombre que vino a ganarse la vida honestamente!”, “Si me entero quien fue el “buchón” que llamó a la “cana”, le rompo el c… a patadas, … por sorete!”.
El pequeño episodio concluyó sin mayores incidentes que algunas expresiones ingeniosas. Una anécdota intrascendente, que ningún medio masivo registró. ¿Qué es lo destacable? Sin que nadie se los indicase, la gente común, hombres, mujeres, gente del lugar y de paso, se puso de parte del extraño, del más débil, de un simple vendedor africano.
En Barcelona no se consigue. Saludos, Julio A A de en Alemania me di de baja de la raza blanca
Las personas se agrupan ante el decomiso de mercadería del vendedor ambulante.
Acá pueden descargar el video del reportaje de Jorge Lanata a Luis D´elia y Fernando Peña.
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