Predicadores tentados a PlagiarHace un par de años, un estudiante de homilética estaba esforzándose terriblemente para aprobar su ramo. Pese a sus esfuerzos, estos eran desorganizados, y exegética y teológicamente débiles. El estaba consciente que no estaba llenando las expectativas de su profesor, y se sentía frustrado y avergonzado por su desempeño. Pero de repente, en su última oportunidad para aprobar, sorprendió al profesor y a sus compañeros predicando un sermón estupendo, profundo y lírico. ¡Fue inesperadamente excelente! Demasiado bueno, de hecho. El sermón, tristemente sospechoso, motivó al profesor a buscar una de sus frases más destacadas en Google. ¡Sorpresa! Apareció en seguida el mismo sermón completo en el sitio de Web de una iglesia, el cual había sido predicado por el pastor de esta muchos meses antes. Se trataba de un desafortunado pero claro caso de plagio. Pero eso no era todo. Intrigado por el inesperado descubrimiento, decidió consultar por los sermones de otros estudiantes. Su búsqueda dio como resultado docenas de duros golpes. Varios estudiantes, que incluso anunciaban sus sermones en línea, habían “copiado y pegado” párrafos y páginas” de sermones de otros sin darles el crédito que les corresponde. Gracias a un buscador de internet, y unos clics del mouse, el profesor destapó la olla del crimen del “robo homilético”. Dar el crédito a otro " no es meramente una cuestión de guardar limpias nuestras conciencias; también es una parte importante de testificar el evangelio." El hurto de sermones es nada nuevo, claro, y las anécdotas de tales travesuras abundan. Lo que preocupa es que esta práctica se está extendiendo y se cocina en el fuego de la Internet. No sólo hay miles de sermones disponibles para “copy and paste”, sino también hay sitios comerciales que ofrecen sermones completos, ilustraciones, contornos, imágenes, y acompañamientos de PowerPoint por un mínimo costo. ¿Qué se puede decir acerca de la ética de predicar, sin permiso, los sermones de otras personas –ya sea parcial o totalmente? Algunos predicadores han dado una versión teológica de este problema: “Las palabras del sermón son los regalos de Dios, entonces es correcto que cualquiera las use. Para estos predicadores, la meta es crear un impacto en los oyentes; ¿a quién le importa quien lo preparó y predicó primero? A veces el argumento para esta practica dudosa es que “fue una semana ocupada, y no tuve tiempo para trabajar en un sermón”.
No son sólo los evangelistas los que tienen este problema:
Sacerdotes católicos ha sido informado por autoridades eclesiásticas de que puedan ser multados en caso de que se haya comprobado que han plagiado sus sermones de la internet, e incluso podrían enfrentar hasta tres años de prisión. La iglesia ha publicado el libro de ayuda para escribir sermones alejar a los párrocos de la internet...
Toda la noticia en portugués.
No conocía la palabre "Homilética", en la página de la Real Academia Española no existe, pero según encuentro en otro lado es:Elaboración y Predicación de sermones.
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